Fue en su momento lugar de recreo privado, de la familia Briz (así que también se conoce como Granxa de Briz). El Concello de Marín la compró en 1999 y, desde entonces, es lugar de solaz, recreo y diversión para quien quiera acercarse.
Y os recomiendo que lo hagáis, tengáis o no niños. Paseos, sonidos de agua e instrumentos, bonitas tallas, aromas de la naturaleza y originales juegos conforman la oferta de este parque.
Un lugar que no os debéis perder si estáis por la zona.