Circula estos días por internet esta acertada reflexión:
El peor día de un luto no es el funeral, ni la misa, ni el primer cumpleaños en ausencia. El peor día de luto es un día normal, cuando sigues con tu vida y pasa algo que te gusta y piensas en decírselo a esa persona y te aplasta el dolor de recordar que ya no está.
Y desde luego que es verdad. Y te sigues encontrando con días de luto años y años después.
Pero también pienso que eso es precioso, señal de que esa persona estuvo y está muy presente en nuestra vida. Ojalá sigamos encontrándonos con días de luto.