Este arco es el último vestigio que nos queda de la iglesia de San Miguel de Mazarreros. Se trata de un arco apuntado formado por siete arquivoltas. Y el hecho de que solamente se mantengan en pie esos pocos elementos confiere a la ruina un encanto especial. No he tenido aún la suerte de visitarlo, pero espero poder hacerlo.
Es un monumento en peligro, y se han realizado tareas de restauración para reducir ese peligro.