Hace casi un par de semanas encontramos un gatito en la calle, que parecía, al menos, asustado. Lo recogimos para intentar ayudarlo, a la vez que buscábamos a sus posibles dueños.
No hubo dueños, pero sí ayuda, cariño y cuidados para Tigre. Tenía alguna herida muy fea, y en el veterinario nos hicieron saber que estaba desnutrido, deshidratado e hipotérmico.
Y el desenlace fatal que la veterinaria preveía se dio, por desgracia, hoy. Así que es un día triste.
Pero me gustaría centrar mi reflexión en mi post en que recibimos lo que damos. Uno solo tiene aquello que da, nos decía Chicho Sánchez Ferlosio. Y habiéndole dado amor, hemos recibido amor… y también disfrutamos de la tristeza de hoy, sabiendo que es amor.
Y no quiero terminar sin agradecer a todo nuestro entorno que, en muchos casos sin tener un especial afecto por los gatos (o teniendo todo lo contrario al afecto) nos han dado apoyo y consuelo. La maravillosa red de los seres queridos, que siempre sostiene.
Qué bonito se queda el cielo de los animales contigo, Tigre. Gracias <3