El periodista de El País Fernando Peinado -de quien ya hemos hablado en este blog- cometió ayer un error precioso: básicamente nos dijo a todo Twitter que quería hablar con nosotros en privado.
Peinado se corrigió rápidamente, pero nos dejó el regalo de su error: el tweet recibió -sigue recibiendo- miles de respuestas, retweets y likes.
Vivimos en tiempo en los que hablar es gratis. Pero ser escuchados, amigos, ser escuchados es algo que no tiene precio.