Hemos convertido en demasiado habitual ese discurso de “no merece la pena hacer una carrera”, discurso asentado sobre dos pilares fundamentales: 1) el dinero que gana un universitario no tiene por qué estar por encima del que gana una persona sin carrera y 2) lo que se aprende en la universidad no sirve para nada.
Vaya por delante que este no es un post clasista: conozco a no universitarios mucho más inteligentes -y cultos- que personas con carreras superiores.
Dicho ello, aquí van mis opiniones sobre esos dos pilares:
El dinero que se gana no es necesariamente un reflejo de lo que esa persona sabe o aporta. Bien puede ser que un matemático cobre menos que una persona cuya profesión no implica conocimientos abundantes o complejos. Pero el conocimiento va a ayudar a toda la sociedad… si está preparada. Y esto nos lleva al segundo punto:
Lo que se aprende en la universidad no sirve para nada… si la sociedad -otra vez- no está preparada. Ambas deben apoyarse: sociedad y universidad para que sí sirva. Ambas -todos- saldremos muy beneficiados.