La expresión alude al poder de alguien con capacidad de decisión… y a nuestra decisión de no hacerle caso: “ni aunque lo diga el sursuncorda”.
Proviene de la expresión litúrgica latina “sursum corda”, que significa “arriba los corazones” (en la liturgia actual, “levantemos el corazón”).
E imagino -que no lo sé- que ese significado viene de referirse a ese Señor ante el cual se levantan los corazones.