Geronimo Stilton asume la gran misión de educar a los cachorros de dragón Gruinf y Groinf, hijos de la princesa Alys, del reino de los Dragones de Plata, y de Tizón III de Flambear, rey de los Dragones de Fuego. Es una misión muy por encima de las capacidades de nuestro querido ratón, pero él la asume con el mejor de sus empeños.
Sin embargo, día tras día, observa desolado cómo los dragoncitos no le hacen ni caso, por más que él pone todo su esfuerzo en seguir las guías y manuales de educación de dragones. Y así va pasando el tiempo hasta que llega la Gran Ceremonia del Revoloteo Llameante: los pequeños dragones lo bordan, demostrando haber aprendido todo lo necesario para ser unos dragones de provecho.
La estupefacción de Geronimo le lleva a preguntar a Alys sobre cómo es posible que Gruinf y Groinf lo estén haciendo tan bien. Alys responde con sabiduría:
¡Han aprendido de vos! ¡De vuestra paciencia, de vuestra dedicación y del empeño con que afrontáis los retos!
Cuando leímos esta parte del libro, recordé algunos tweets de @signoresalieri, una cuenta de Twitter que os recomiendo mucho seguir, en donde nos contaba algún día especialmente difícil en clase, seguido por otra jornada en la que, esperando ver cambio, no lo vio. Y me gustaría decirle (recordarle, porque seguro que ya lo sabe) que de muchos de esos alumnos en el futuro se podrá decir que han aprendido de vos. Vaya este humilde post, pues, con todo mi afecto para él. Y esperando que sirva también para animar a todos los que dedicamos nuestro tiempo, cariño, esfuerzo y conocimientos en hacer que las siguientes generaciones sean mejores.
Gracias, Irene, por descubrirme esta bonita historia y por esos preciosos ratos que pasamos leyendo y viviendo juntos mil aventuras.
- @signoresalieri (en Twitter), una cuenta que os recomiendo seguir.