Hoy os proponemos viajar hasta Aldán, en concreto hasta la finca de O Frendoal, antiguo lugar de recreo de los condes de Aldán (podemos ver su torre en las cercanías del bosque).
Es un bosque atlántico que nos invita a pasear tranquila y relajadamente, disfrutando de sus senderos y sus sombras.
Quizá el elemento más curioso y atractivo (al menos para los peques) sea su castillo con puente levadizo (es un castillo que parece casi de juguete). No se terminó de construir y además está abandonado, pero esto no le resta encanto.
En este bosque podemos también ver un acueducto (romano o medieval, no hay consenso, al parecer), escuchar el bonito sonido del agua del río Orxas o descansar en bancos que fueron sarcófagos en un pasado.
Una visita imprescindible para cuando os acerquéis a las Rías Baixas (o si tenéis la suerte de vivir en ellas).