Uno de los actos que requieren más confianza y que desde luego demuestran aprecio y amor es el consistente en enseñarle a algún ser -querido- una canción que te gusta. Y que quieres que esa persona escuche. ¿No os lo parece? Estamos regalando un pedacito de nuestros sentimientos y gustos: es decir, un pedacito de nuestra alma.
En justa reciprocidad, por supuesto, cuando alguien tiene este precioso detalle con nosotros, debemos escuchar con gusto ese regalo.
Hoy comparto con vosotros, queridos lectores, las dos canciones que más he escuchado estos días.