Petricor. Así es como se conoce, y es de esas bonitas palabras que aparecen en esas recopilaciones de “conceptos para los que no sabías que existía una palabra”. A los afortunados lectores de Juan Gómez Jurado les resultará, también, familiar.
Esta palabra procede del griego antiguo πέτρα pétra ‘piedra’ e ἰχώρ icór ‘icor, líquido que fluye por las venas de los dioses griegos’.