Posiblemente el peor efecto de la globalización es, efectivamente… la globalización. Nos uniformiza, de modo que en cualquier sitio podemos encontrar un Zara, un KFC, una McDonald’s o una Coca Cola fresquita.
En la obligatoria ciudad austriaca de Salzburgo, paseando por sus bonitas calles, podemos encontrar -cómo no-, un McDonald’s. ¿No os parece admirable lo bien integrado que está con el entorno?
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