Este pasado verano tuvimos la oportunidad de visitar la maravillosa Cueva de Valporquero. Hay varias opciones a la hora de visitarla (ruta corta, ruta larga, incluso ruta que incluye zonas no adaptadas para el público, en modo espeleólogo). Elegimos la ruta larga. Y la disfrutamos todo y más.
Y dentro de ese disfrute y de lo bien guiados e ilustrados que fuimos por nuestro amable guía Leonardo, vivimos un momento de los que se nos deben quedar para siempre en la memoria. Uno de esos mágicos momentos de “que se pare el tiempo”.
Ya bien metidos en las entrañas de la Tierra, Leonardo nos pidió permiso para apagar todas las luces. Permiso concedido y experiencia inolvidable recibida. Nunca, jamás, habíamos tenido la ocasión de estar en una oscuridad tan absoluta. Momento maravilloso que creo que nuestros hijos llevarán consigo a lo largo de su vida.
Os recomiendo muchísimo la visita a esta maravillosa Cueva, situada en el norte de la provincia de León.