Creo que es una expresión que todos -yo seguro que sí- hemos utilizado o, al menos, hemos pensado: “No empieces”. La usamos cuando alguien comienza a darnos una opinión o a comportarse de una forma que nos ha molestado en un pasado: “No empieces”.
Pocas frases se me ocurren que sean más anuladoras: es un “no digas lo que piensas”, “no des tu opinión”, “no actúes de esa manera”, “ya lo has hecho (mal) en un pasado, así que no se te ocurra volver a hacerlo”. Y es realmente anuladora porque hace que la persona que lo recibe sepa de un golpe que su opinión o su comportamiento no va a ser tenida en cuenta -aunque sea completamente procedente. Plof. De un plumazo, te callo.
Así que al menos por mi parte voy a poner todo para no volver a decirla y, sobre todo, para no volver a pensarla. Para darme cuenta de que si esa persona actúa así es porque lo considera adecuada. Y, al menos, merece ese respeto.