No sé si es una percepción subjetiva o una realidad, pero me da mucha esperanza ver que una mujer haya sido capaz de denunciar a quienes, en una noche de juerga, han abusado de ella, ver que otra mujer haya sido capaz de denunciar los abusos de sus superiores, de gente realmente importante, prácticamente intocable. Y que más mujeres se hayan unido a esa denuncia. Y que otra más se haya armado de valor para denunciar los tocamientos de su jefe, en un día especialmente señalado para ella.
¿No os parece que esto nos ha sacudido de algún modo? ¿Que nuestra sociedad ya no puede pasar por alto todo eso? Me preocupa, eso sí, qué sucederá cuando se pase el boom. ¿Nos olvidaremos, igual que nos hemos olvidado de aquel niño que yacía muerto en una playa del Mediterráneo?
Dejo para otro momento el hecho de que ese paso lo hayan tenido que dar las mujeres, cuando somos los hombres quienes agredimos.