Leí hace ya bastante tiempo esta explicación; desconozco si es o no cierta, pero como me lo contaron, os lo cuento.
Era la buena de Bernarda una mujer que tenía grandes poderes en sus partes pudendas. Sí, cuando alguien tenía, por ejemplo, un dolor en alguna parte de su cuerpo, ella usaba su coño para calmar e incluso curar la zona dolorida. Parece ser que de ahí viene la expresión de “el coño de la Bernarda”, imaginamos por la cantidad de solicitantes que acudían a ella.
Pero -os estaréis preguntando-, ¿de dónde le vino tal poder a Bernarda? El causante fue, al parecer, San Isidro Labrador, que dotó de esa maravillosa capacidad a Bernarda, tras tocárselo.