Cuando, en 1982, el papa Juan Pablo II visitó la catedral de Santiago de Compostela, pronunció las siguientes frases.
Yo, obispo de Roma y pastor de la Iglesia Universal, desde Santiago te lanzo, vieja Europa, un grito lleno de amor: Vuelve a encontrarte. Sé tú misma.
Y la esencia de Europa es -debe ser- la comunicación y comprensión entre los diferentes pueblos. Tenemos mucho que mejorar. Tras ver al papa Francisco lavando los pies en un centro de refugiados, creo que podemos seguir teniendo esperanza; Europa tiene que reencontrarse consigo misma y volver a sus raíces.