De todos es conocido el bombardeo de Gernika, durante la Guerra Civil española. Tras él, Franco pidió a los alemanes que no volvieran a bombardear objetivos civiles (o, al menos, objetivos que no estuvieran en la línea del frente). Desafortunadamente, eso no se cumplió, y cuatro pueblos de El Maestrat, en Castellón, fueron bombardeados. Los niños pensaban -en su inocencia- que lo que soltaban los aviones no eran bombas, sino paja. Ahora se está realizando un documental que pretende mostrarnos la triste realidad de todo aquello.
Tristes guerras, si no es amor la empresa.