El otro día pasé por un comercio que tenía ese triste cartelito de “Cerrado por defunción”. Y claro, lógicamente todos comprendemos que, por supuesto, cómo no, hay motivos de sobra para cerrar tu negocio cuando se ha ido un ser cercano. Y reflexioné. Reflexioné sobre que todavía es un motivo más poderoso cerrar tu comercio que tus seres cercanos estén vivos. Y necesitan tu tiempo, tu cariño y tu presencia. Por desgracia, sé que no podemos tener los comercios cerrados todos los días para estar con nuestros pequeños (aunque ellos sí pueden estar con nosotros).
¿Qué tal un “cerrado por nacimiento”, “cerrado por enamoramiento” o “cerrado porque quiero estar con mis niños”?