En estos días, en España, ha saltado la polémica de que un chico va a ganar 30.000 € al día por participar en un Gran Hermano. Y el que cómo le explico yo a mis hijos que tienen que estudiar, si esta ganan más dinero. O cómo les digo que se sacrifiquen, si esta gente alcanza todo lo que quiere en la vida sin mover un dedo.
Y estas preguntas parten de un error de base: están mal formuladas. No estudiamos, no damos lo mejor de nosotros mismos, no nos sacrificamos para ganar dinero. No es ése el objetivo. Nuestros esfuerzos deben ir dirigidos a conseguir ser la mejor versión de nosotros mismos. Que eso vaya o no acompañado de dinero, es un tema secundario. No es el dinero, la fama o los followers la medida del éxito.