Hoy comparto con vosotros esta joya de Rosa Zaragoza:
La muerte cuando esperas vida
Te caes, mi ángel. Vacía queda mi alma.
La vida que esperé desalentada.
Te vas tan pronto, hay leche para ti
y todo mi cariño te aguardaba.
Extiendo un manto de rosas y jazmines,
te arropo en tu viaje por las nubes;
te doy mis besos, te envío mis caricias
en este viento tibio de la tarde.
Siempre estará tu recuerdo.
No olvidaremos tu nombre.
Aquí quedamos los tuyos
con los ojos bien abiertos
y la conciencia más fina
para escuchar tu silencio
y reconocer qué nos quieres decir.
Te doy las gracias por este corto tiempo
tan mágico llevándote conmigo,
por tanta luz como has dejado en mí.
Yo sé que continúas tu camino
Siempre estará tu recuerdo.
No olvidaremos tu nombre.
Aquí quedamos los tuyos
con los ojos bien abiertos
y la conciencia más fina
para escuchar tu silencio
y reconocer qué nos quieres decir:
Quizá, que amemos la vida como es,
con todo el entusiasmo y la alegría.