Como sabéis, me había propuesto este año (2015) escribir un post cada día. Pues ya está incumplido; ayer se me pasó escribirlo (por la mañana me acordé, pero por la tarde-noche me fui entreteniendo con otras cosas). Me quedo con lo más positivo del incumplimiento: se acabó la parte “obligatoria” de hacerlo.
Esa obligación perjudicó mucho, en mi opinión, a mis posts del pasado año. Así que este año no tendremos ese lastre.
Seguiremos contando historias, amigos. 🙂