Hace unos meses desapareció una persona en mi pueblo, Moaña. Los primeros (pocos) días de búsqueda, las redes sociales jugaron un papel importantísimo, aunque -desafortunadamente- inefectivo. El proceso era simple: si alguien creía haberla visto, lo comunicaba en facebook, indicando hora y zona. Y siempre había alguien que podía rastrear los lugares cercanos, informando de los posibles avances por el mismo medio.
Sin embargo, rápidamente la policía indicó a la familia (y la familia lo comunicó a los que estábamos interesados) que había que desechar esa forma de trabajo, y que toda la información debería serles comunicada (y ellos la gestionarían). Obviamente, lo acatamos, sobre todo siendo una petición de la familia.
Yo veo algunos graves inconvenientes en esa forma de trabajo (y las ventajas se me escapan; si vosotros las veis, os agradecería mucho que las comentarais):
- Si hay una pista muy “leve”, en plan “aquella persona podría ser la que está desaparecida”, no va a llegar a la Policía; sin embargo, sí podríamos comentarlo en redes sociales sin mayor problema.
- La Policía descartará las pistas falsas; obviamente, con un margen de error. En el modo “búsqueda social” no se descartaría ninguna pista, eliminando esa posibilidad de equivocarse.
- Antes una pista aceptada, la respuesta de la Policía nunca podrá ser tan inmediata como la respuesta social.
¿Qué opináis? ¿Creéis que es un inconveniente convertir la búsqueda de personas desaparecidas en algo social?