Daba igual el día de la semana, o si hacía frío o calor; poco importaban las preocupaciones -más o menos importantes- del momento. Si ibas paseando por el Con y oías que se acercaba una moto, tenías la completa seguridad de que si en ella iba tío Pepe, siempre, siempre, te iba a pitar.
Y en ese momento, -da igual el día de la semana, si llueve o hace sol, si hay examen mañana o si perdió el Celta ayer- la sonrisa de tío Pepe hace que tus labios sonrían, y que levantando el brazo, le grites un “¡adiós, tío Pepe!” mientras su moto se aleja.
Hace ya tiempo que tío Pepe colgó la moto, pero su cariño ha seguido formando parte de su personalidad, como no podía ser de otra manera. Os voy a contar una anécdota que lo resume perfectamente: hace unos años, mi hermana fue a visitarlo y le enseñó una foto de Dani. Y la conversación siguió por otros derroteros. Pero tío Pepe seguía saludando a Dani. Y mientras nadie lo veía, acercó la foto de Dani a sus labios y le regaló un beso. Aquellos labios quizá ya no sonreían, pero su corazón nunca dejó de hacerlo.
Anteayer, tras varios años enfermo, recibiendo cariño y atenciones de su familia, tío Pepe decidió que en nuestros oídos volviera a sonar el claxon de su moto, y que todos nosotros -sin importar el día, el tiempo o las preocupaciones- pudiéramos dedicarle una última sonrisa y un “¡adiós, tío Pepe!”
Siento mucho que mis hijos no hayan podido oír tu moto acercarse, mientras paseaban por el Con. Pero te prometo que les enseñaré que, por muchas preocupaciones que tengamos; sea lunes o viernes; llueva, truene o haga calor, siempre, siempre, siempre hay un motivo para sonreír.
¡Adiós, tío Pepe!
(Con cariño para mi prima y amiga Ana, que lleva desde siempre en su corazón la maravillosa bondad de su padre).
pd. Tío, otro día contaré cuando se te ocurrió llevar a Cati, Cloti y Marimar en tu moto. A la vez. Los cuatro.
Emocionada por tus palabras….fdo: tildiña:)
:*
Genial como siempre! y todo tan, tan cierto…