Cuando estéis cansados, de mal humor,
justo cuando los niños se vuelvan insoportables y os saquen de quicio,
cuando os enfadéis y gritéis,
cuando en el arrebato queráis castigar –
acordaos
del aterrado corazón del niño, que palpita a toda velocidad.Janusz Korczak
(vía Silvia de Diego)