Nos cuesta tanto reconocer nuestros errores porque nos han condicionado desde pequeños a recibir cariño sólo por nuestros aciertos.
(Del muro de Jasmin Bunzendahl)
Nos cuesta tanto reconocer nuestros errores porque nos han condicionado desde pequeños a recibir cariño sólo por nuestros aciertos.
(Del muro de Jasmin Bunzendahl)