Béla Gutmann era un entrenador (y antes futbolista) austro-húngaro que, en entre otros muchos equipos, entrenó al Benfica, llevándolo a lo más alto de su historia: dos Copas de Europa consecutivas, las primeras tras el imponente Real Madrid de las cinco seguidas.
Tras esa hazaña -corría el año 1962-, Béla pidió un aumento de sueldo, que fue denegado. Y Béla se marchó, dejando en el aire una maldición mítica:
En cien años desde hoy ningún club portugués se convertirá en campeón de Europa y el Benfica sin mí nunca ganará una copa europea.
La primera parte de la profecía no se cumplió (el Oporto ha sido ya campeón de Europa), pero la segunda permanece vigente: siete finales europeas ha jugado el Benfica desde esa profecía. Esta noche juegan otra final, la final de la Europea League, contra el Sevilla. ¿Estará Béla atento desde allá arriba?