A comienzos del siglo XX, tres niños portugueses, Jacinta, Francisco y Lucía, tuvieron una serie de visiones, en las que identificaban a la Virgen María, en su advocación de la Virgen de Fátima. Los dos primeros misterios fueron revelados rápidamente: el primero describía una visión del infierno; el segundo hablaba de la conversión de Rusia y de que la guerra (Primera Guerra Mundial) terminaría, pero durante el papado de Pío XI habría otra nueva guerra (la Segunda Guerra Mundial comenzó unos meses después de la muerte de este Papa; sí coincidió su papado con la Guerra Civil Española).
El tercero se mantuvo en secreto hasta el año 2000, cuando Juan Pablo II lo desveló. Helo aquí:
Después de las dos partes que ya he expuesto, hemos visto al lado izquierdo de Nuestra Señora un poco más en lo alto a un Ángel con una espada de fuego en la mano izquierda; centelleando emitía llamas que parecía iban a incendiar el mundo; pero se apagaban al contacto con el esplendor que Nuestra Señora irradiaba con su mano derecha dirigida hacia él; el Ángel señalando la tierra con su mano derecha, dijo con fuerte voz: ¡Penitencia, Penitencia, Penitencia! Y vimos en una inmensa luz qué es Dios: « algo semejante a como se ven las personas en un espejo cuando pasan ante él » a un Obispo vestido de Blanco « hemos tenido el presentimiento de que fuera el Santo Padre ». También a otros Obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas subir una montaña empinada, en cuya cumbre había una gran Cruz de maderos toscos como si fueran de alcornoque con la corteza; el Santo Padre, antes de llegar a ella, atravesó una gran ciudad en medio de ruinas y un poco tembloroso con paso vacilante, apesadumbrado de dolor y pena, rezando por las almas de los cadáveres que encontraba por el camino; llegado a la cima del monte, postrado de rodillas a los pies de la gran Cruz fue muerto por un grupo de soldados que le dispararon varios tiros de arma de fuego y flechas; y del mismo modo murieron unos tras otros los Obispos sacerdotes, religiosos y religiosas y diversas personas seglares, hombres y mujeres de diversas clases y posiciones. Bajo los dos brazos de la Cruz había dos Ángeles cada uno de ellos con una jarra de cristal en la mano, en las cuales recogían la sangre de los Mártires y regaban con ella las almas que se acercaban a Dios.
Se le han dado diferentes interpretaciones a este Tercer Misterio: pérdida de la fe, apostasía que comienza en lo más alto, pederastia… ¿Se os ocurre alguna interpretación?