El año pasado (2013) me propuse un reto el día 1 de Enero: escribir un post diario en este blog. Tuve un éxito moderado, siendo generosos: llegué hasta el 3 de Enero. Así que este año me lo he vuelto a proponer (ya sabéis eso que dicen de que las listas de objetivos se podrían reciclar de un año para otro). Y bueno, este año vamos mejor. Escribo esto el 28 de marzo y todavía seguimos con un post al día desde el 1 de Enero.
Comparto con vosotros alguna reflexión que he hecho con respecto a este asunto:
– Calidad de los posts: creo que mis posts, en general, han bajado mucho su calidad. Sin embargo, de vez en cuando (y cada vez más de vez en cuando) sale alguno mejor. Confío que esto vaya pasando más a menudo. Hay días en los que son las once de la noche y aún no he publicado el post, así que de ahí no puede salir mucha calidad. Aunque hay alguno bueno, repito, la calidad media está por debajo de la de antes.
– Rutina: esto me está siendo lo más fácil. El hombre es un animal de costumbres y, si se lo propone, rápidamente coge una rutina. Creo que no es necesario estar adiestrados desde pequeños para ello, aunque no puedo afirmarlo al 100%, ya que demasiadas cosas de nuestra vida se hacen de forma rutinaria.
– Escribir con las entrañas: esto tiene mucha relación con la calidad que comentábamos más arriba. Antes escribía cuando tenía algo que escribir, y había mucho de corazón en cada post (sí, también de cabeza). Ahora no suele haber tanto corazón, y eso me preocupa.
No puedo garantizar seguir cumpliendo este objetivo, aunque por ahora lo voy a intentar. Ni siquiera puedo garantizar querer seguir cumpliéndolo. Confío, como digo, en que cada vez los posts sean mejores y que provengan más del corazón.