La situación es la siguiente: un adulto (por ejemplo, una tía abuela que vive en otra ciudad, y a la cual no ve desde hace mucho), le pide algo al niño: “tráeme aquel bolso de allí”. Y el niño le responde: “¿cómo se piden las cosas?”.
Así que la tía abuela piensa: “¡buf, qué maleducado es este niño!”.
La situación es la siguiente: el niño le pide algo a un adulto (por ejemplo, a una tía abuela que vive en otra ciudad, y a la cual no ve desde hace mucho): “tráeme aquel juguete de allí”.
Así que la tía abuela piensa: “¡buf, qué maleducado es este niño!”, mientras le suelta un: “a ver, ¿cómo se piden las cosas?”