Todos los que hemos vivido (o incluso pasado) por Madrid conocemos la Estación de Príncipe Pío. El problema de Madrid es que -como se ha dicho en algún chiste- nos acabamos creyendo que el nombre del personaje es el nombre del lugar. Y no, el Príncipe Pío ya era alguien antes de que a la estación se pusiese ese nombre.
La colina donde ahora está el templo de Debod recibe el nombre de uno de sus propietarios, el Príncipe Pío de Saboya (realmente era propiedad de su esposa). Así que, en su honor, esa zona se llama hoy en día “Príncipe Pío”.
En esa colina de Príncipe Pío es donde tuvieron lugar los fusilamientos inmortalizados (bonita paradoja) por Goya.