Una cortina de humo. No. Una no. Ni dos. Decenas de cortinas de humo se han levantado para intentar ocultar el que hasta hace un par de días era el secreto mejor guardado por el gobierno de Mariano Rajoy.
Estaba Mariano Rajoy tranquilamente desayunando, pelando una naranja que le ayudara a comenzar su día con una buena dosis de Vitamina C, con la mirada perdida en el cítrico, con la mente perdida en los asuntos de gobierno, cuando se le ocurrió La Idea.
La Idea era de una brillantez y elegancia incuestionables, pero había que hacer lo posible porque nadie (nadie más allá de la gente de su extrema confianza) conociera la verdad. Para ello, iniciaron un plan de proporciones mundiales, cuyo único objetivo era levantar una cortina de humo ocultando La Idea. Se organizó una crisis mundial, de terribles consecuencias. Se incrementó el paro hasta niveles obscenos. Se hicieron recortes en todos aquellos sectores que pudieran provocar la indignación de la gente. Se hizo que el Rey se fuera a una matanza de elefantes y se aseguraron de que todo el mundo estuviera al tanto, para acelerar la indignación. Se provocó, incluso, la dimisión del Papa. Y funcionó, funcionó durante un tiempo. Los medios de comunicación picaron, llenando sus portadas con esos hechos irrelevantes en comparación con La Idea. La sociedad picó, se lanzó a la calle en múltiples ocasiones, protestando indignada e irritada contra todo ello.
Y todo estaba funcionando, porque era imposible que nadie se percatara de La Idea. ¿Nadie? ¡Casi! Un grupo de aguerridos investigadores, comandados por Ana, Susana y Mario consiguieron revelar el secreto, conocer La Idea, descubrir una verdad que pretendía pasar desapercibida: las naranjas, que hasta ahora tenían habitualmente once gajos, ¡han pasado a tener diez!
Hay que reconocer la sublime inteligencia de esta jugada, la obra maestra del gobierno de Rajoy: disminuyendo un gajo en cada naranja hemos pasado a tener once naranjas donde antes solamente había diez, incrementando de este sutil modo la producción cítrica española.
Imaginamos la sorpresa de Mariano cuando descubra que La Idea, su secreto mejor guardado, ha sido puesto al descubierto.