Su matrimonio se había convertido en un verdadero calvario, así que empezaron a vivir separados y, unos meses después, decidieron divorciarse.
Fueron juntos al juzgado, juntos hicieron los trámites y, ya divorciados, decidieron ir a celebrarlo, cenando juntos.
Tras la cena, él decidió acompañarla a su casa. Paseando juntos, hablaron del futuro y del pasado. Y como se olvidaron del presente, subieron juntos a la casa y (juntos) hicieron el amor.
A la mañana siguiente, él le llevó el desayuno a la cama. Desayunaron juntos, pero muy deprisa, porque necesitaban volver a (des)hacer trámites en el juzgado. Juntos.