El congreso de escritores se estaba celebrando en Madrid y, en uno de los descansos, para despejarse de las sesudas conferencias, dos de ellos decidieron dar un paseo por el bonito parque del Retiro. Parados frente a uno de los estanques, se produjo la siguiente conversación:
– Y esas flores que se ven sobre el agua, ¿qué son?
– Esas flores, mi querido amigo, son los nenúfares de los que tú tanto hablas en tus poesías.
No sé quiénes eran estos dos escritores, pero siempre me imagino como protagonistas de esta historia a Unamuno, por su fina y sabia ironía, y a Rubén Darío, por su ínclito y ubérrimo gusto por las esdrújulas.
Hablamos de esta anécdota en la Primera Época de El Cartapacio.