La historia de la papisa Juana, como tantas otras historias, navega entre la realidad y la leyenda. Y, lógicamente, hay varias versiones. Os contaré una de ellas; espero que la disfrutéis.
El monje Gerbert, predicador en Maguncia [hoy Alemania], tuvo una hija en el año 822, llamada Juana. Juana, lógicamente, creció en un ambiente de monasterios, religiosidad y teniendo fuentes de conocimiento muy cercanas. Para poder seguir accediendo a esa información, decidió hacerse pasar por un hombre. Como hombre fue avanzando en la carrera eclesiástica hasta llegar a ser elegida Papa, con el nombre de Benedicto III.
Se enamoró del embajador Lamberto de Sajonia, y se quedó embarazada. Sin embargo, pudo disimular su embarazo… pero no el parto, que se produjo en una procesión. El gentío, enfurecido, acabó con la vida de Juana.
Gracias, Clara :*
Y este es el motivo por el que, durante mucho tiempo, se comprobaba si cada nuevo Papa tenía pene y testículos: Duos habet et bene pendentes (Tiene dos, y cuelgan bien).
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