Esto que describo es una teoría que se me ha ocurrido sobre cómo aprendemos idiomas. No soy un erudito -ni siquiera un aficionado- en esa materia, así que seguramente estoy equivocado. Pero expondré aquí mis argumentos.
¿Cuántas palabras nuevas has aprendido en los últimos -por ejemplo- cinco años? Muchas, ¿verdad? Sin ir más lejos, términos como “facebook” o “twitter” no formaban parte de tu vocabulario hasta hace muy poco tiempo. Seguro que si nos ponemos a pensar un poco encontramos un buen número de palabras que se han incorporado a nuestro vocabulario de forma completamente natural, sin problemas de pronunciación y sin problemas de memorización.
Por otra parte, tengo la bonita suerte de ver cómo mi hijo va incorporando palabras de otros idiomas a su vocabulario también de forma natural.
Sin embargo, todos (bueno, muchos) sabemos lo complicado que es aprender idiomas siendo mayores. ¿Por qué? Creo que la causa es que, cuando aprendemos idiomas a edades avanzadas, intentamos -erróneamente- traducir los términos a nuestra lengua materna, en lugar de aprenderlos de forma natural como términos nuevos que son. Intentamos ver el paralelismo con los idiomas ya conocidos. Y eso es lo que nos bloquea e impide el avance. Un niño de pocos años no hace eso. Aprende que “gato” se dice “gato” y se dice “cat”, del mismo modo que más tarde aprenderá su nombre científico, o cualquier sinónimo de esa palabra.
También sabemos -y decimos- que la mejor forma de aprender un idioma es irse a un país donde se hable ese idioma. ¿Por qué? Porque no nos queda más remedio que tomarlos como términos nuevos, y dejamos la comparación con nuestra lengua materna para más adelante.
El resumen de este post: creo que la dificultad con el aprendizaje de los idiomas tiene relación con esa errónea búsqueda de paralelismo. Deberíamos ver siempre todo como palabras nuevas, en lugar de palabras equivalentes a otras que ya conocíamos. ¿Os parece razonable?
Gracias Carlos, creo que me has salvado la vida. Estoy completamente de acuerdo… Lástima que me queden escasas 24 horas para aprender inglés. 🙂
Bueno, seguro que dentro de 24 horas estás perfectamente imbuido en el idioma inglés y te conviertes en una esponja asimiladora 🙂