Google lleva un tiempo trabajando en un proyecto revolucionario: coches que conducen solos. Tiene a Toyota como socio en esta aventura que cambiará -una vez más- el mundo. Han hecho unas cuantas pruebas por las carreteras de California (en todas las situaciones) y, tras haber recorrido unos 200.000 km (que es perfectamente la vida útil de un coche), solamente han tenido un leve accidente: un coche -¡conducido por un humano!- golpeó uno de los coches de Google. Es decir, que el saldo de los 200.000 kilómetros de pruebas es ningún accidente cometido por los coches.
Realmente parece ciencia ficción y, honestamente, no me extrañaría que algún día nos dijeran que hemos picado todos en una macrobroma. Pero prefiero creer que es verdad, y me encanta saber que dentro de ocho años (allá por el 2019) ya veremos estos coches por nuestras carreteras. Espero que pronto se nos prohíba conducir a los seres humanos… y que el precio de los coches no sea excesivo. Se nos avecina un bonito futuro, con menos accidentes y con menos tiempo perdido en viajes (porque serán más rápidos y porque se podrá hacer otras cosas mientras se conduce).